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domingo, abril 28, 2024
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¿Prisioneros del coronavirus?

El gobierno determinó la continuidad de la cuarentena hasta el 10 de mayo y a partir del 11 del próximo mes, regirá una “cuarentena dinámica” que implica el retorno gradual de actividades en determinados departamentos y ciudades, de acuerdo a una catalogación que responderá a la forma como se maneje la epidemia de coronavirus. Generó mucha expectativa el anuncio de nuevas determinaciones, que de acuerdo a las previsiones y recomendaciones de los especialistas y científicos están en sintonía con la gravedad de la situación y las necesidades de restituir parte de las actividades, conforme las condiciones lo permitan, tomando en cuenta la respuesta que se logre por regiones, ciudades o poblaciones, fundamentalmente por la disciplina y acatamiento al decreto de aislamiento.

La expansión de la pandemia obliga a que los ciudadanos continúen como prisioneros del coronavirus, y en esa línea las principales medidas restrictivas se mantienen con el cierre de fronteras, suspensión de vuelos internacionales e internos, suspensión de labores escolares y universitarias, eventos públicos, ya sean culturales, deportivos, religiosos y otros que generen aglomeración de personas. Igualmente se mantiene el distanciamiento obligatorio de un metro y medio entre las personas, uso de barbijos en lugares públicos, y las recomendaciones del lavado de manos, y cumplimiento de protocolos de bioseguridad.

Pero algo que es necesario reconocer es que anunciar determinaciones es muy diferente a hacerlas cumplir. La naturaleza humana es reacia a las restricciones e imposiciones; las costumbres y tradiciones y hasta formas culturales de asumir la vida, son barreras naturales. A ello se suma una serie de factores que tienen que ver con la realidad, las necesidades y los cambios de posiciones de las mismas autoridades. Por ejemplo, el cierre de fronteras y suspensión de vuelos fue la primera decisión, pero que no pudo cumplirse como se había previsto. Las fronteras tuvieron que abrirse para recibir a ciudadanos bolivianos que decidieron retornar al país al haber perdido sus fuentes de trabajo y por temor al coronavirus. La situación no ha cambiado y centenares de personas en estos momentos buscan volver provenientes de Europa, Estados Unidos, y los países vecinos. Hay también extranjeros que desean abandonar el país y retornar a su patria. Inclusive, hay miles de personas que radican en determinada ciudad o población rural, que se encuentran en otras regiones y desean volver a sus pagos.

En la ciudad de La Paz hay más de tres mil personas que solicitaron facilidades para ir a sus respectivos lugares de origen. La Secretaría de Desarrollo Social de la Alcaldía de La Paz dio vía libre para que 1.787 viajeros en tránsito, sorprendidos por la declaración de cuarentena, pasen a la fase de revisión médica para ver si se les permite su traslado. Se prevé que día por medio se remitirá una lista con 400 nombres al Ministerio de Gobierno para que disponga la autorización de viaje a sus lugares de origen. La dependencia municipal paceña ha recibido 3.120 solicitudes de las que 2.139 fueron revisadas. 1.787 ya tienen la fecha y el lugar donde deben presentarse para hacer su evaluación médica. En Santa Cruz hay cerca de dos mil personas que desean trasladarse a otras ciudades donde residen. Seguramente hay otros ciudadanos que quedaron atrapados por la cuarentena en otras ciudades.

Además, hay lugares donde no se ha podido hacer respetar la cuarentena, barrios donde hay una actitud hostil, que rechaza las restricciones. A ello se suma una actitud política militante del MAS dirigida a contradecir las disposiciones. Hay también necesidades urgentes de la industria, la producción y el transporte que están en un trance muy complicado y requieren decisiones perentorias. Por todo ello no es simple la responsabilidad que tiene el gobierno de tomar decisiones y hacerlas cumplir, precautelando la salud de la población y al mismo tiempo evitar el colapso económico que parece inminente por la paralización de gran parte de la actividad económica. La disyuntiva en la que se encuentra la actual administración no da opción a explorar alternativas frente a un camino al que los hechos y circunstancias empujan gravitacionalmente, y en consecuencia, solamente queda mantener la cuarentena y esperar resultados para ver si es posible restaurar gradualmente las actividades, reconociendo que volver a la normalidad a inmediato plazo es casi imposible.

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