Las principales recomendaciones para casos de emergencia son la responsabilidad y serenidad. Los organismos internacionales como la OMS, OPS y otras especializadas están alertas y dispuestas a cooperar frente a situaciones especiales que obliguen a actuar. Las versiones que se han difundido sobre casos aislados de una enfermedad desconocida tienen que preocupar a todos, pero al mismo tiempo motivar a actuar responsablemente y adoptar todas las previsiones, evitando alarmar sin bases ciertas. Se supone que las autoridades están preparadas para una reacción acorde a las necesidades sanitarias.
Para nadie es un secreto que la base para toda acción dirigida enfrentar una emergencia es la prevención. Según los organismos internacionales, un programa nacional para la gestión de desastres requiere de personal con capacidades multidisciplinarias. La experiencia mundial es muy amplia y ha sido permanentemente difundida para su aplicación a cargo de los ministerios de salud de todos los países. Se parte del principio de la solidaridad frente a una emergencia, que a su vez debe representar una importante oportunidad para aprender tanto de la situación especial como de nuestras fortalezas y debilidades para controlar y responder.
La ministra de Salud, Gabriela Montaño, informó que se apeló a tres expertos extranjeros para acompañar al equipo de médicos nacionales a cargo de la emergencia. Se trata de un especialista en infecciones de Brasil, otros dos especialistas que, mediante la OPS, van a venir desde Atlanta, USA, que acompañarán a los equipos nacionales. Según la ministra la situación está controlada, se han tomado todas las medidas de seguridad en los centros de salud donde se atiende a los pacientes. Asimismo, pidió a la población que esté tranquila y que se maneje con información clara y certera de fuentes oficiales. «La población en general no tiene ningún riesgo, no hay ninguna emergencia epidemiológica en La Paz», dijo y explicó que no se trata de una enfermedad «bacterial» que se puede habitualmente tratar con antibióticos. Señaló que es una enfermedad viral que aún no se pudo identificar, aunque existen «sospechas» sobre males que ya se trataron con anterioridad en el país.
Se sospecha que los dos médicos se contagiaron del virus durante la atención a una médica interna que trabajaba en Caranavi. De acuerdo a los informes oficiales, ambos profesionales participaron en procedimientos «invasivos», para tratar a la paciente, quien posteriormente falleció. De acuerdo a la información, simultáneamente, se hace un seguimiento riguroso a las personas que tuvieron contacto con las tres personas. A los especialistas del Hospital Obrero y la Caja Petrolera, encargados de estos casos, se les dota de material especializado, y se están siguiendo los protocolos de máximo nivel de bioseguridad (nivel 4), determinado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos.
De todas maneras, es prudente que las autoridades nacionales apelen al Programa de Emergencias Sanitarias de la OMS que rige desde 2017, que abarca todo el ciclo de gestión de riesgos, lo que incluye colaborar con los países para abordar las emergencias, mediante la mejora de la prevención y la preparación y, asimismo, ayudar en la respuesta a la emergencia y, una vez que ha pasado el evento inicial, en la recuperación. El nuevo Programa se sustenta en los años de experiencia que tiene la OMS colaborando con los países en emergencias. Colabora con los países y los asociados en los ámbitos de la preparación, la prevención, la respuesta y la recuperación en relación con todos los peligros provocados por las emergencias sanitarias, incluidos desastres, brotes epidémicos y conflictos.