El gobierno promulgó la Ley 1152 que pone en vigencia el Sistema Único de Salud (SUS) que entrará en vigencia en marzo próximo prestando atención médica gratuita. El presidente Evo Morales calificó de un hecho histórico. Proporcionó algunos datos que, según el gobierno, existen 18.550 ítems para profesionales de salud. A esa cantidad se añaden 8.000 ítems más para la aplicación del SUS. Morales manifestó que en 13 años se construyeron 1.061 centros hospitalarios.
Para llevar adelante el programa se anunció que se destinarán 79,7 millones de dólares en atención en salud; 31,1 millones para atención de enfermos con cáncer; 56,9 millones para recursos humanos y 30,8 millones para infraestructura y equipamiento. También se anunció la construcción de 54 hospitales, de los cuales cuatro serán de cuarto nivel, 13 de tercer nivel y 33 de segundo nivel en todo el territorio nacional. La ministra de Salud, Gabriela Montaño, precisó que con esta ley el Gobierno nacional asume la responsabilidad de los servicios en todos los hospitales de tercer nivel. «El Gobierno nacional va a pagar los productos y las prestaciones del tercer nivel», enfatizó, pese a la resistencia de algunas Gobernaciones.
Pero existe un problema que hasta ahora no ha podido encontrar solución, y es la resistencia de los médicos que quieren que se garanticen los recursos para aplicar el SUS. Argumentan que con 200 millones de dólares no es posible ejecutar un proyecto de semejante magnitud. Los profesionales resolvieron el pasado martes, retomar a partir del 6 de marzo las medidas de presión.
Cuestionan la forma en cómo se pone en vigencia el SUS porque consideran que no existen las condiciones de infraestructura, equipamiento y de recursos humanos necesarios. La ministra de Salud admitió que evidentemente hay carencias, pero que serán subsanadas en lo inmediato con el presupuesto que ya está garantizado y con el plan de hospitales. Además, precisó que el plan se pondrá en marcha de forma progresiva. El SUS tiene como objetivos desarrollar programas de prevención y la promoción de servicios en los cuatro niveles de atención que van desde los centros de salud de barrio, que se consideran la «puerta de ingreso al SUS», hasta los institutos especializados para atender enfermedades graves.
El Colegio Médico de Bolivia elaboró un proyecto alternativo denominado «Por una salud para todos», que busca establecer un seguro médico con nuevas fuentes de financiamiento. El gobierno desahució los planteamientos de los médicos. Como lo expresamos antes, lo ideal hubiese sido que se llegue a un consenso para ofrecer a la población un servicio de salud responsable y sostenible en el tiempo. Recordemos que los médicos observan la aplicación precipitada del SUS sin contar con los recursos financieros necesarios, condiciones de infraestructura, esto es hospitales y equipamiento y suficientes medicamentos e insumos, para no tener que atender en camillas en los pasillos. Es necesario comprender que con el mismo presupuesto no se podría atender a cinco millones más de asegurados. El Gobierno anunció el destino de 200 millones de dólares, suma que se considera insuficiente, ya que una estimación anterior señalaba que se requiere de por lo menos mil 200 millones de dólares anuales para sostener el SUS, además de contar con la norma legal que respalde estos ingresos.
Desgraciadamente, el mal servicio actual podrá agravarse al no poder atender a miles de pacientes que se incorporan al nuevo sistema, si paralelamente no se dan condiciones con un presupuesto real que cubra todas las necesidades, es decir, con los medios y recursos suficientes, con profesionales idóneos, instalaciones adecuadas, instrumental, medicamentos, y todo lo necesario para garantizar la vida y recuperación de los pacientes. Brindar atención en salud para todos es un ideal, pero es necesario que prime la responsabilidad y seriedad para que una oferta social importante logre sus objetivos.