Bolívar fue sancionado por el Tribunal de Justicia con la suma de 30 mil dólares por los insultos y gestos racistas que realizaron los hinchas del club celeste contra el futbolista brasileño Serginho en ocasión del partido jugado contra Wilstermann el 9 de abril, en el estadio Hernando Siles, por el torneo Apertura.
Tras quedar probado el comportamiento discriminatorio que tuvieron los aficionados bolivaristas, ubicados en el sector de Preferencia, donde los insultos fueron grabados y difundidos a través de las redes sociales, el Tribunal se pronunció dos meses después de este hecho.
Esta multa de 30 mil dólares debe ser depositada en las cuentas de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF) en un plazo máximo de cinco días a partir de la notificación de esta sentencia, «toda vez que los hechos que motivaron el presente proceso, han sido plenamente acreditados», indica la resolución del Tribunal, que está a cargo de los abogados Soledad Prado, Marcelo Hassenteufel y Mary Loayza.
Cuando este caso ingresó a dicho tribunal, el club Bolívar informó, a través de sus dirigentes, que colaborará con la investigación para identificar a las personas que agredieron verbalmente a Serginho con palabras de tinte racista. De momento, no se conoce en qué estado está esta diligencia ni cuáles serán las sanciones que dará la institución en caso de comprobarse que se trataban de socios.
Equipo
El plantel profesional regresará este martes a los entrenamientos, luego de una semana de descanso por la obtención del título de campeón del torneo Apertura, la estrella número 30 en la historia del profesionalismo.
Sobre las llegadas y las salidas, la Academia todavía maneja con cautela esta información a la espera de la confirmación de las ofertas del extranjero por sus jugadores y de los resultados de la reunión entre el directorio y el entrenador Antonio Zago.
El campeón boliviano abrirá su actuación frente a Blooming el siguiente domingo 26 de junio (19:30), en el estadio Ramón Aguilera Costas, luego de quedar confirmada que la localía fue invertida por la imposibilidad de alquilar el estadio de la zona de Miraflores.