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viernes, mayo 17, 2024
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Es urgente defender la naturaleza

Sabemos que el cambio climático y la energía fósil, especialmente el uso de carbón, diésel, gasolina y gas, están poniendo en peligro al planeta, hay conciencia de esa realidad, pero no es suficiente saber lo que está ocurriendo. Es necesario actuar. Es necesario que todos aportemos con nuestro esfuerzo y acción para defender la naturaleza, cuidar el agua, los bosques y el aire que respiramos. El cambio climático es producto de los excesos al devastar la naturaleza. Bolivia está sufriendo los efectos de la quema de bosques y la deforestación en general. La sequía y el ecocidio que sufrió el país debería hacer meditar a la población y a las autoridades. Momentáneamente, con la llegada de las lluvias se mitigó la situación. Las precipitaciones no sólo sirvieron para extinguir los incendios sino para generar humedad para los cultivos, ya que algunas regiones ingresan a la campaña agrícola de verano.

Las precipitaciones registradas desde la pasada semana llegaron a un rango entre 30 a 60 mm, en algunas regiones, y han aprovisionado de agua a los atajados para el ganado, y para los sembradíos en el oriente. Asimismo, se pronostica que seguirán las lluvias en La Paz, El Alto, Oruro y Potosí, de acuerdo con el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (SENAMHI), que advirtió incluso de la probabilidad de tormentas eléctricas y granizadas. Las lluvias son recibidas con alegría.

Luego de los incendios que afectaron con mayor fuerza a Santa Cruz, Beni y el norte de La Paz, el viceministro de Defensa Civil, Juan Carlos Calvimontes, informó que el país entró en alerta naranja por las lluvias en los departamentos de Tarija, Potosí, Chuquisaca, Santa Cruz, Cochabamba y La Paz. Se advirtió que por las lluvias, los caudales de los ríos aumentan y pueden llegar a las tierras bajas con mucha fuerza. Lamentablemente, las autoridades tanto nacionales como departamentales y de los municipios, están muy lejos de desarrollar políticas de prevención. En este momento, cuando ya, aparentemente llegó la época de lluvias, lo que corresponde es prepararse para las posibles riadas, deslizamientos, desbordes de ríos, derrumbes e inundaciones, que son recurrentes todos los años. Las previsiones debieron adoptarse con mucha anticipación, desde la limpieza de las bocas de tormenta en las calles de las ciudades, hasta los defensivos en el oriente. Lamentablemente, esta es una realidad que tendrá que afrontarse en algún momento.

Y así como no se adoptan medidas de prevención para algo que es previsible localmente, tampoco se afronta el peligro que se cierne por el cambio climático y daño irreversible al medio ambiente. En vísperas de la Conferencia 2023 de la ONU sobre el Cambio Climático, la COP28, el responsable de la Secretaría de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), Simon Stiell, afirma que los combustibles fósiles, incluidos el carbón, petróleo y gas, son los principales motores de la crisis del coste de vida, que está llevando al límite el presupuesto de miles de millones de hogares. A su vez, esto eleva los costos del transporte, alimentos, electricidad y necesidades básicas de los hogares.

Considera que los altos precios de la energía también reducen los márgenes de beneficio de las empresas, perjudican el crecimiento económico e impiden garantizar el derecho al acceso a la energía en todo el mundo. La inflación perjudica sobre todo a los hogares más pobres. Los desastres climáticos también están empeorando en todos los países. Este año será probablemente el más caluroso de los últimos 125.000 años. Tormentas más destructivas, lluvias e inundaciones impredecibles, olas de calor y sequías ya están causando enormes daños económicos y afectando a cientos de millones de personas en todo el mundo, costándoles la vida y el sustento, según el funcionario de la ONU.

Stiell, Explicó que los grifos de los combustibles fósiles no pueden cerrarse de la noche a la mañana, pero hay muchas oportunidades para actuar que no se están aprovechando actualmente. Por ejemplo, en 2022, los gobiernos gastaron más de siete billones de dólares del dinero de los contribuyentes o de préstamos en subvenciones para combustibles fósiles.

De todas maneras, dijo que hay motivos para el optimismo, si los gobiernos acuden a la Conferencia sobre el Cambio Climático de este año, la COP28, en Dubái con espíritu de cooperación y la mirada puesta en las soluciones. En la COP28, podemos llegar a un acuerdo para triplicar la capacidad mundial de energía renovable. «Podemos duplicar la eficiencia energética. Podemos demostrar que estamos duplicando la financiación para ayudar a los países a adaptarse a los impactos climáticos y centrarla en la planificación nacional. Podemos hacer realidad el fondo para pérdidas y daños climáticos que contribuya a la justicia climática. Y podemos cumplir viejas promesas sobre el financiamiento de la transición y esbozar cómo vamos a financiar los próximos pasos», expresó. Un momento o una reunión no lo cambiará todo. Pero podemos determinar nuestro futuro en las pautas que fijemos este año, y así trazar el plan para que los compromisos nacionales puedan cumplirse en 2025, puntualizó.

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