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martes, abril 30, 2024
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Riesgo de aumento del narcotráfico

El ajetreo eleccionario hizo que un hecho preocupante pase inadvertido pese a sus connotaciones políticas, económicas, sociales y de seguridad, en un país tan vulnerable por los excedentes de coca. La Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (Unodc) alertó sobre el riesgo de incremento del narcotráfico en Bolivia, durante la presentación del informe de destrucción de drogas incautadas en el país en 2018. Es evidente la presencia foránea vinculada al tráfico de drogas, ya que el pasado año fueron atrapados 212 extranjeros.

Se explicó que la evaluación fue efectuada sobre la base de datos de la Fuerza Especial de la Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn). El documento estableció que la cantidad de cocaína base destruida en 2018 fue de 10.483 kilos, un 24 % menor a los 13.745 de 2017. Algunos indicadores resultan preocupantes, ya que se ha establecido una mayor presencia en el país de narcotraficantes colombianos y peruanos.

El trabajo de la Unodc, que evalúa los resultados de la lucha contra las drogas señala que la FELCN capturó a 69 ciudadanos colombianos y 49 peruanos. También hay 32 argentinos detenidos, 20 brasileños, otros 20 chilenos y 13 paraguayos, mientras los bolivianos apresados por temas de narcotráfico en 2018 llegan a 3.742. En total hay 3.954 detenidos por actividades vinculadas al narcotráfico. El reporte internacional también refirió que Cochabamba y Santa Cruz son las regiones donde más actividad ilícita. En cuanto a las fábricas de elaboración de cocaína, en 2018 se destruyeron 1.004 fábricas y de esa cantidad, 670, es decir el 67%, se encontraba en Cochabamba. El informe revela que 48 laboratorios de fabricación de droga fueron destruidos y de esa cantidad 24 estaban en Cochabamba; el resto estaba en Santa Cruz, Beni y La Paz. También llama la atención la cantidad de marihuana. Se informó de la destrucción de plantíos, por un peso total de 231mil 476 kilos.

En varias oportunidades el gobierno ha negado la presencia de cárteles de la droga en el país. Cuanto mucho admitió la existencia de algunos extranjeros. Pero la preocupación frente a los datos oficiales tiene que mover a reflexionar en el país sobre la presencia extranjera y sus consecuencias de esta ilícita actividad que envilece a sectores permeables de la sociedad. Además es evidente la preocupación generalizada de los países vecinos por el crecimiento del narcotráfico, como de la sociedad nacional, de organismos multinacionales y la comunidad internacional.

Lamentablemente, esta preocupación no se traduce en una efectiva coordinación de esfuerzos para combatir este flagelo, como una responsabilidad internacional compartida, ya que nuestro país asume la mayor carga, pero que debe merecer la cooperación de todos los países que, de una u otra manera, se ven envueltos en la cadena del narcotráfico. Para nadie es un secreto que el narcotráfico lo contamina todo. Nada ni nadie está libre de su asechanza. Se infiltra en las instituciones, en las esferas de poder, en los partidos políticos, y hasta en los organismos policiales encargados de la lucha contra las drogas. Por eso, la mayoría de los países consideran al narcotráfico una cuestión de Estado, que merece la mayor preocupación y dedicación.

Bolivia ha sido y es un flanco débil en la lucha contra el narcotráfico, y desgraciadamente, en este momento, ha vuelto a aparecer en la cresta de la ola, mostrándose no solamente proclive a caer en la profundización de esta ilícita actividad, y presuntamente tolerante. Asimismo, la cantidad de extranjeros apresados demuestra las debilidades para controlar el narcotráfico.

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