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lunes, abril 29, 2024
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Riesgo de crisis humanitaria

El FMI advirtió a los gobiernos de América Latina y el Caribe que deberían tomar «medidas resueltas» para limitar el impacto económico negativo de la pandemia de coronavirus y evitar crisis humanitaria en la región. Sugirió a los gobiernos latinoamericanos que «deberían usar transferencias de efectivo, subsidios salariales y desgravaciones fiscales para ayudar a los hogares y las empresas afectadas a enfrentar esta paralización. La ayuda debería ser sin discriminaciones».

A la crisis por la pandemia se suma el efecto múltiple que sufrirá la economía mundial, agravada en los países pobres por las limitaciones y la necesidad de invertir más y urgentemente en paliar la epidemia y atender las necesidades básicas, frente a una paralización de los mecanismos productivos y de servicios. La población boliviana está sufriendo las consecuencias del virus con limitaciones hasta para satisfacer sus necesidades básicas, mientras la preocupación y el miedo prevalece. Los paliativos que anuncia el gobierno a pocos alcanzará, pero está bien se lo programe. A ello se suma la indisciplina de algunos ciudadanos que no quieren cumplir las restricciones impuestas por la cuarentena, y la acentuación del agio en alimentos, medicinas e implementos de salubridad. El riesgo de crisis humanitaria no está lejos.

Lo peor es que los efectos más graves todavía parecen estar en puertas, tanto por la expansión del COVID-19 como por la crisis económica que se estima será más dura que la sufrida por las crisis globales anteriores. La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva afirmó que la pandemia del coronavirus ha llevado a la economía mundial a una recesión, y serán necesarios fondos masivos para ayudar a las naciones en desarrollo. «Está claro que hemos entrado en una recesión que será peor que en 2009», señaló la titular del FMI en una conferencia de prensa virtual. Con la «parada repentina» de la actividad económica global, «nuestra estimación actual para las necesidades financieras generales de los mercados emergentes es de 2,5 billones de dólares», afirmo. Y advirtió que la estimación «está en el extremo inferior». También dijo que ante esta situación es necesario actuar pronto, «para hacer más, hacerlo mejor, hacerlo más rápido que nunca».

Cuando se demora en adoptar decisiones se arriesga a tener que ser más duros después. ¿Qué previsiones está tomando nuestro país?

En este momento, el gobierno está adoptando algunas medidas económicas para paliar la coyuntura, pero todavía no se advierte previsiones para lo que ocurrirá después, en que se ampliará la desocupación, la quiebra de pequeñas, medianas y grandes empresas. La falta de coordinación entre las regiones y el gobierno central es preocupante, en Oruro el gobernador y alcalde, han tenido que adoptar medidas drásticas y urgentes para proteger a la población.

La Asamblea Legislativa hace política por su lado mientras el gobierno lo hace a su manera. El gobierno anunció una serie de «beneficios» para atenuar los efectos económicos emergentes de la paralización del país.

El presidente de la Cámara de industrias de Bolivia sugirió la creación de un Fondo de Estabilidad Productiva Industrial (FEPI) que tenga por finalidad evitar la iliquidez de las factorías y facilitar la producción industrial para el abastecimiento de productos.

Eso mismo debe adecuarse para todas las empresas de todos los rubros que no podrán cumplir con el pago de salarios y aprovisionamiento de material de insumos.

Como en todo el mundo, las medidas para contener la propagación de COVID-19 están golpeando a la región, que depende en gran medida del petróleo y de otras materias primas, así como del turismo y las remesas, actividades que se encuentran entre las más castigadas.

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